nos presenta asistido directamente de poderes sobrenaturales, o servido por la mano mirítica de sutiles encantadoras, y si el éxito corona con victorias casi increíbles sus más atrevidas empresas, debelo al temple de su espada, a la fuerza de su brazo, a la incomparable bravura de su corazón. si, escudriñando en los más íntimos repliegues del pensamiento hispano, vamos a dar con sus místicos inmortales, los sorpren.
deremos, puesta la mano con ardiente celo, en el propósito de echar un puente sobre el abismo infranqueable que se.
para del hombre a Dios, mas no para sumirse absortos en la contemplación del Uno, y con él confundirse a la manera de los neo platónicos alejandrinos, sino para atraerlo a la tierra, rendido por la fuerza de un amor, que, como dijera con singular acierto Oliveira Martins, nada tiene de metafísico, y fundir en una con la propia, la conquistada voluntad del divino esposo por quien suspiran. este carácter particular de su misticismo, no sólo apartó a los españoles de las aberraciones y delirios del panteismo germánico sino que pone de maniti diferencia separan, testimoni de la efi empuje cible hos en Españ de la ref Por tar única en las gente: de Jesús sus erótic suficiente Carmelo, de las e puesto a resistente memorab hasta el tiandad.
Pero sus múlti munidade puertas a nen a no condición eima cua Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio Cultura y Juventud, Costa Rica