Marxism

nte ont bla ión ido finalistas. Pero esto no será muy pronto.
Al igual de los naturalistas de otra época, que se alejaban de los físicos para buscar el porqué de las cosas, en lugar de contentarse con estudiar el cómo, no faltan sabios eminentes que se extravían a estas horas en los berenjenales del finalismo. Ejemplo el profesor Massart, de Bruselas, quien, después de una larga vida de estudiar con amor las plantas y verlas modificarse según las condiciones del medio y presenciar, por decirlo así, sus incon.
tables fracasos de reacción, acaba sin embargo por invocar, como su maestro Errera, las causas finales, para explicar las formas, adornos o colores.
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vien Dra.
de ente Jún el staida mas ión ees, no Se ha reprochado a menudo a los franceses el haber sido los últimos en aceptar el darwinismo; al contrario, habríase debido felicitarlos. El darwinismo en biología y el marxismo en sociología no han sido nunca muy de nuestro agrado, porque hemos tenido otra cosa en la cabeza, que nos ha hecho prever la quiebra de ambas concepciocia vez cer eas 389 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica