con ancia es ha.
Si llale tú: No aedes los tocreta.
en. que ves mal lienes o ya le los ustes gas a menudo de casa, ni te vean vagar por las calles y por la plaza del mercado, pues allí encontrarás tu ruina. Considera que el vicio, como hierba venenosa, da muerte al que lo adquiere, y una vez que se introduce en el alma, difícil es arrojarlo de ella.
Si encuentras en la calle algún joven atrevido y te irsulta, no le repondas y pasa adelante. No hagas caso de lo que te diga; no des oído a sus palabras; si te sigue, no vuelvas el rostro a mirarlo, para que no se inflamen más sus pasiones. Si así lo haces, se detendrá y te dejará en paz. No entres en casa ajena sin urgen.
te motivo, porque no diga o se piense algo contra tu honor; pero si entras en casa de tus parientes, salú.
dalos con respeto y no estés ociosa, sino toma inmediatamente el huso, o empléate en lo que sea necesario. Cuando te cases, respeta a tu marido y obedécele diligentemente en lo que te mande. No le ocasiones disgusto, vi te muestres con él desdeñosa ni airada: acógelo amorosamente en tu seno, aunque sea pobre y viva a tus expensas. Si en algo te apesase e con a los. porres y con mujeteras, alibleon su o sal.
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