a aes nain n0, 0OS os og los bienes que los dioses nos quieren enviar; pero conviene no ser perezosa ni descuidada, sino diligente en todo.
Sé aseada y ten tu casa en buen or den. Da agua a tu marido para que se lave las manos y haz el pan para tu familia. Dondequiera que vayas preséntate con modestia y compostira, sin apresurar el paso, sin reirte de las personas que encuentres, sio fijar las miradas en ellas, sin volver lige.
ramente los ojos a una parte y otra, a fin de que no padezca tu reputación.
Responde cortésmente a quien te salude o pregunte algo. Empléate diligentemente en hilar, en tejer, en coser y en bordar; porque así serás estimada y tendrás lo necesario para comer y vestirte. No te des al sueño, ni descanses a la sombra, ni vayas a tomar el fresco, ni te abandones al reposo; pues la inacción trae consigo la pereza y otros vicios. Cuando trabajes no pienses más que en el servicio de los dioses y en el alivio de tus padres. Si te llaman ellos, no aguardes a la segunda vez, sino acude pronto para saber lo que quieren y a fin de que tu tardanza no la 0le Sу ie es te lo a le er 383 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica