bles turbesi Si oye mente si te a deci gancia cida ti «Cu lo ate no jug la cap les des señales de desprecio. No estés mudo para con los pobres y atribulados; antes bien, date prisa a consolarlos con buenas palabras. Honra a todos, especialmente a tus padres, a quienes debes obediencia, temor y ser.
vicio. Guardate de imitar el ejemplo de aquellos malos hijos que a guisa de brutos, privados de razón, no reverencian a los que les han dado el ser, ni escuchan su doctrina, ni quieren someterse a sus correcciones; porque quien sigue sus huellas tendrá un fin desgraciado y morirá lleno de despecho, o lanzado en un precipicio, o entre las garras de las fieras. No te burles, hijo mío, de los an.
cianos y de los que tienen alguna imperfección en su cuerpo. No te mofes del que veas cometer alguna culpa o flaqueza, ni se la eches en cara: confúndete, al contrario, y teme que te suceda lo mismo que te ofende en los otros. No vayas a donde no te llaman, ni te ingieras en lo que no te importa. En todas tus palabras y acciones procura demostrar tu buena crianza. Cuando converses con alguno, no lo molestes con tus manos, ni haalzánd tado; de lig «Cu comas gusto hora con coma das. Cu para pasan.
mismo hacerl lante absolu 378 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.