. el reelaa, anto ada igos ca1 el en la roes ata especie distinta de la inicial. No es sin embargo la selección natural indispensable para explicar el transſormismo y se ha recurrido en efecto, con el mismo tin, a otros factores: a las variaciones bruscas de mayor intesidad (las mutaciones de de Vries. a la herencia de caracteres adquiridos du.
rante la vida individual, debido al 1180 o desuso, al aislamiento geográfico o biológico, etc. y existe un nú.
mero considerable de naturalistas que aunque sean partidarios convencidos de la teoría de la descendencia, no lo son de la eficacia de la selección natural. Citaré sólo a Hertwig, a Tornier y a los paleontólogos Cope y Osborn. No hubiera entrado en estas di.
vagaciones, si no fuera corriente en.
contrar en escritos dirigidos al público en general y cuyos autores no simpa.
tizan con el trausformismo a causa de sus convicciones filosófico religiosas, la afirmación de que «la teoría darwiniana no es aceptada ya por numerosos naturalistas» u otras frases igualmente ambiguas, por las que todo lector no versado en cuestiones de esta índole, es llevado a la creencia, ecpeuenos iola que ibi.
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