1 9 to él le hablaron de organizar un grupo, de tomar la palabra en una manifestación, de influir en el ánimo de los que trabajan con él, para que todos, absolutamente todos, acudiesen al llamamiento, y él rehusó secamente. Yo no tengo de qué quejarme, respondió.
La masa de obreros, entre tanto se aproximaba, y, al distinguir a Ramírez, la intensidad de sus voces aumento: Primero le llamaron «tránsfuga. Luego atraidor. Cna Delegación se aproximó en se.
guida a él, y lo invitó, con palabras en que apuntaban tonos de amenaza, a que se uniera a ellos.
El jefe de la Delegación, uno de los huelguistas más influyentes, le indicó que debía hacerlo. Debo. por qué? preguntó Ramírez. Por solidaridad, respondió el jefe, dignándose discutir con él. Yo no estoy de acuerdo con vosotros, insinuó Ramírez.
Yo estoy satisfecho de mi situación actual.
Necesito trabajar y trabajaré. No trabajarás, dijo el otro, porque 1n e ir in 10 IS 351 Este documento propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.