siento. Porque aquí, como en todo, pongo mi corazón mi sinceridad.
Celso TÌNDARO esDesde Nietzsche hasta Mr. Davidson, puede decirse que todos los adoradores de la voluntad carecen de ella casi por completo. Apenas son capaces de querer o de desear. Las pruebas? Fácil será proporcionarlas: un síntoma bastante elocuente es que siempr tén hablando de la voluntad como de algo que estalla y derrumba, cuando lo que hace la voluntad es todo lo contrario. Todo acto de voluntad lo es de propia limitación. Desear la acción es desear una limitación. En este sentido, todo acto es un sacrificio.
Al escoger una cosa, rechazáis necesariamente otra. Los pensadores de esta escuela solían proponer una obje.
ción contra el matrimonio, que también es aplicable a todos los actos. Todo acto es irremediablemente una selec.
ción y una exclusión. Al casaros con una mujer dejáis a todas las demás, y asímismo al adoptar una línea de 266 асс lleg que Bro vue Y( 1 otra den cur Mr.
no har son inm el arti lími sin ciói con ten Ys cre: el. de jira teri mui Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica