de urba gran Gob tos U las hum en 1: nas a El ción de la mente social, puede abrir la puerta a la decadencia. El hombre del campo, arraigado en beredadas creencias, y consolidado por su experiencia directa con lo concreto, no es fácilmente dominable. Pero el hombre de la ciudad, inconstante, escéptico, ansioso de sensaciones, pronto en res.
ponder, es una flauta ideal que el de.
magogo puede tocar. De Cleón, el ído.
lo de la asamblea ateniense y de las cortes de justicia, que condujo a Ateun desastroso imperialismo y militarismo, Aristóteles dice. Es el quien parece haber hecho más por corromper al pueblo por medio de sus propios instintos. Tucidides llama la atención hacia el hecho de que Pericles en realidad dirigía al pueblo en lugar de dejarse dirigir por él. Al contrario. agrega. como los que vivieron después de él no tenían marcada superioridad que los distinguiera, y sin embargo estaban ansiosos de superarse el uno al otro, se empeñaron en agradar a las masas y les permitieron que maneja.
ran ellas los asuntos públicos. Hé aquí, pues, una situación cargada cient debi cual Cont en l; tuan posto do la a las tar, quie: una prop las nión port: 244 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.