sema un sible miti verd LA DEL guel viliz que un hacendado de Australia, un ganadero de la Argevtina, un estudiante, un abogado, un escritor y un músico.
Todos son individuos distintos. Pues bien: a la semana son todos iguales, han olvidado los nexos e intereses que constituían su vida anterior, y hasta el propio nombre se les ha convertido en un número. Subsisten el apetito, la sensibilidad a la fatiga y los impulsos del sexo. Es como si lo despojaran a úno de su personalidad, lo redujeran a los elementos primitivos, más bajo común denominador. Sabemos que para el ejército somos uno de tantos millones de fusiles efectivos. Eso es todo. Nos damos cuenta de que cuanto hemos anhelado, todo lo que hemos tratado de ser, vale menos que una pulgada de terreno que pueda ganarse. La vida de todos los demás vale tanto como la nuestra.
Creemos que este es el verdadero efecto de la guerra sobre el individuo: abarata la vida. cuál el resultado? bien. qué le importa a úno nada ex.
cepto la migaja de placer que le pueda arrancar al momento? De nada le sirve ser bueno, si lo van a matar la Nue gue ter tuir tam En peo ser gai 230 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica