de de ent ing tal tal siti da val vic predominaba; tal como si al pueblo inglés lo hubieran hecho pasar por una serie de tamices de varios tamaños para distribuirlo en clases. Según el orden de tiempo, la gente se alistó casi en el mismo orden en que hemos enumerado los diferentes móviles. Los impulsos submorales dieron resultado más rápido; luégo las opiniones morales; y finalmente el miedo.
Los que procedieron impelidos por el simple amor de pelear, por la fascinación romántica o por el odio pri.
mitivo fueron pocos. Toda la educación, la influencia del comercio, la religión, el arte y la moralidad, tienden a aniquilar los más simples de estos móviles. Estas mismas fuerzas acrecientan la resistencia contra la excitación de las masas. Suele deplorarse este hecho, pero no creemos que haya motivo de alarma, pues no es de suponerse que aquellos individuos fueran los mejores soldados. Sus mó.
viles no perduraron mucho en la ten.
sión de la guerra moderna. El pen.
denciero pronto estuvo harto y al aventurero romántico lo desilusionó a poco la realidad. La teoría alemana pu gu da pei ag tig coi bu alt mi dis y dis de rra día cei los los 184 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica