Y ah prendeni dado ha son los siderada buena o ta quizá este arti mundo.
نی cito profesional; pero este se componía en su mayor parte, de aventureros y de incompetentes en las industrias. La masa del pueblo estaba poco interesa.
da en el ejército. Teníamos también una fuerza territorial más cercana al pueblo, pero que se reclutaba solamente para la defensa nacional, y era tal la fe que teníamos en nuestra marina, que casi no nos inquietaba el temor de una invasión. La idea de la guerra era ajena a nuestras vidas. El hecho de que, durante dos años, no recurriéramos al reclutamiento forzoso, nos permite estudiar las reacciones que produjo la emergencia, en las distintas clases de individuos, y sobre este estudio basar un juicio acerca de los efectos de la civilización moderna.
Una vez que el recluta se ha enganchado, entra en una nueva vida y queda sujeto a nuevas influencias.
El impulso original a menudo desaparece, o lo suplantan móviles nue.
vos. Como la guerra se prolongaba tras meses, requería cada vez mayor resistencia. Qué sostenía al sol.
dado? Esto nos lleva al estudio de la moral del ejército. Ensa, ción de impulsai llamado de luego los móv alto pat capar na; pero importai pos.
Vear morales»
los hom meses viles qu la cuest tampoco 172 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.