le га nle ale 10 SD.
bajo, pensando que puede asegurar a sí mismo y a su propia familia mejor porvenir. Impórtanle muy poco el Estado y los grandes intereses colectivos. Si le quitáis directa o indirectamente la facultad de acumular sus ahorros y la de trasmitirlos a sus hi.
jos; si no le permitís soñar que algún día pueda hacerse propietario de algúu pedazo de tierra o de una suma de dinero, y que al final de su carre.
ra podrá tener descanso en el seno del bienestar conquistado por medio de tantos años de sacrificios, ese hombre no tendrá ya más propósito que ganar lo que baste para su subsisten.
cia. Por consiguiente, quedará en él anulada toda actividad que no fuere necesaria para ese efecto.
Tal es, innegablemente, la naturaleza humana. El hombre quiere ser independiente; en consecuencia, desea ser propietario, porque sólo la propie.
dad puede darle la independencia. No trabaja sólo para conseguir el alimento cotidiano, sino también para lograr ese objetivo.
Ignoro si la natural tendencia del hombre es el trabajo o la ociosidad.
or 10 le le in DDle a a121 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.