rudo trabajo, pero de la cual espera compensaciones materiales o morales, honores, gloria o una satisfacción de su vanidad, la realización de una idea y la gratitud de una persona amada.
Pero jamás hubo noticia de que el hom.
bre, sin estar movido por ninguno de esos sentimientos, se someta con entusiasmo a un trabajo asiduo, cuotidia.
no, humilde y obscuro, por interés de todos, es decir, de nadie. Es preciso constreñirle a ello por la fuerza: esclavitud y servidumbre del terruño.
La elección de oficio hecha por el hombre suele determinarse por sus aptitu.
des, por la esperanza de ganancia, por condiciones económicas especiales por motivos de familia; en todo caso por su interés particular o por el de las personas para él queridas. Puede decirse que la elección no es libre en realidad, como se puede decir lo pro.
pio de cada acción humana, en el sen.
tido de que está determinada por mo.
tivos; pero, a lo menos, el hombre tiene la ilusión de su libertad, tan cara para el corazón humano.
Actualmente, el hombre se resigna de buena voluntad a su cuotidiano tra120 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.