Democracy

vulgares se obtendrá jamás el equiva.
valente de un cerebro de genio, ni de la acumulación de muchas virtudes mediocres el equivalente de un rasgo de abnegación o de heroísmo. Al ins.
tituir nuestra democracia la universalidad y la igualdad de derechos, san.
cionaría, pues, el predominio. innoble del número, si no cuidase de mantener muy en alto la noción de las legitimas superioridades humanas, y de hacer, de la autoridad vinculada al voto particular, no la expresión del sofisma de la igualdad absoluta, sino, según las palabras que recuerdo de un joven publicista francés. la consagración de la jerarquía, emanando de la libertad. Racionalmente concebida, la democracia admite siempre un imprescindi.
ble elemento aristocrático, que consiste en establecer la superioridad de los mejores, asegurándola sobre el consentimiento libre de los asociados. Ella consagra, como las aristocracias, la distinción de calidad; pero la resuelve a favor de las calidades realmente superiores las de la virtud, el carácter, el espíritni. y sin pretender inmovili97 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.