nández y los hombres que le ayudaron a rechazar el yugo que Barrios quería imponernos, aunque ahora haya quien deplore no haber sido uncido a ese yugo. Pero lo que más llama la atención es que durante medio siglo de alharaca y palabrería no haya habido quien proponga los medios prácticos para llevar a cabo un pensamiento que, en concepto de ciertas imaginaciones, nos ha de colocar en la misma línea que los Estados Unidos del Norte o la República Helvética. Ahora que los federalistas se encuentran en su mayor apogeo, deben apresurarse a colocar el muñequito sobre las tablas: nosotros aplaudiremos hasta que, entre silbidos y risas, desaparezca el tal muñequito, como desaparece todo lo que es fantasmagórico y artificial. La antigua federación cayó no tanto por la inepcia de sus jefes y sostenedores, cuanto porque esta caída era un acontecimiento fatalmente necesario. La nueva caerá igualmente en un tiempo más o menos largo, porque los fenómenos políticos y sociales, lo mismo que los naturales, están sujetos a le.
yes ineludibles. No somos Dios para 94 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.