car cer za on mria su as na. na en un régimen político que entonces re.
pudiaba, que repudia hoy y que seguirá repudiando mientras una transformación completa no le permita hacer entre otros sacrificios, el de sus principales rentas, de que ni quiere ni puede des.
prenderse, para cl sostenimiento de un gobierno reconocido como desastroso en otra ocasión, en cambio de una grandeza y poderío que pudimos medir con exactitud en la guerra nacio.
nal contra los filibusteros. Todos los esfuerzos aunados de las repúblicas centroamericanas habrían sido impotentes para lanzar al invasor, si Costa Rica, por sí sola y sin ayuda de nadie, no le hubiese arrebatado el trán.
sito tomándole los vapores del río y lago de Nicaragua. Si Morazán no fué un hombre de Estado, menos fué un héroe, y todavía menos un genio.
Los seudo liberales en su rabia de fe.
deración no retroceden ante los me.
dios brutales que Morazán y Barrios han querido emplear. Vean ellos la federación, y no importa que el país se inunde en sangre y que los huesos de los muertos blanqueen nuestros campos. Bendito sea el General Fer20er un or iees ad os ta, de ra brca 93 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica