los habitantes, todos tendrían partici.
pación en esa prosperidad colectiva. No habría ricos, pero nadie sería pobre; siendo todos iguales, desapare.
cerían como por ensalmo la envidia, el odio, las malas pasiones, y se im.
pondrían sin esfuerzo en un imperio regenerado las reglas invariables de la rectitud. Sólo podrían quejarse de estas mudanzas los usureros, los acaparadores, los que se enriquecen con las calamidades públicas y chupan la sangre a los trabajadores.
Al principio fueron universales las aclamaciones, y el innovador fué sa.
ludado de un extremo al otro de Chi.
na con entusiasta coro de alabanzas.
Pero pronto vinieron las desilusiones.
La primera procedió del uso que los labriegos hacían de las semillas que gratuitamente les suministraba la ad.
ministración pública. Después de apartar de esos granos la porción necesaria para su alimento y el de su familia, vendían o cambiaban otra parte para adquirir los objetos de que carecían.
Sólo se confiaba a la tierra el resto; muy poca cosa, como lo demostraban las últimas cosechas.
88 Eetdancotespppptil Dituto Nacional Miggol Obeggor. Lan ditenteicotetsbane. cu litterten die altura y Juventud Costa Rica