teatro, el templo del arte más elevado, y atenta contra él vulnerando la liber.
tad, individualidad e iniciativa de los artistas. hombres y mujeres los convierte en autómatas. Compra su belleza y su fuego artístico para un momento en la película, extinguiéndoles el alma. finalmente pregunta. La capitalización del arte negro corromperá al dramaturgo como lo ha hecho con el actor. El cinematógrafo no exige todavía nada del dramaturgo. Digna de mención es, sin embargo, la afir.
mación de Mr. Howells de que «lo peor de todo es que nadie puede negar lo maravilloso de esta nueva forma de la vieja farsa. Tiene verdaderamente un poder y un alcance prodigiosos; nada hay que no pueda llevar a cabo, con excepción de satisfacer el gusto y consolar el espíritu. Las cuestiones expuestas por Mr.
Howells han sido ya presentadas por otros amantes del arte dramático, alarmados ante la invasión del teatro por espectáculos que no satisfacen el gusto ni confortan el espíritu. Es ésta, pues, una buena oportunidad para hacer notar que el teatro y el arte dramático no 39 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.