de ociosos, te entregas a frívolas lecturas, restando amor, energías y sacrificios a tu país, y, en último término, a la Humanidad.
El mucho hablar tiene, entre otros inconvenientes, el muy grave de estorbar el conocimiento intimo de las personas con quienes tratamos, convertidas, a causa de nuestra incontinencia verbal, en oyentes enigmáticos. Los tiranos del monólogo prepáranse inconscientemente grandes desengaños.
Conviene tratar con las personas cultas y razonables, sobre todo con aquellas que parecen renovarse diariamente, y que nunca están satisfechas de la obra realizada.
Grave error de conducta constituye la descortesía hacia amigos y conocidos. veces, empero, representa un mal menor, ya que haciéndose dueños de todo nuestro tiempo, no podremos consagrarlo por entero a la prosecución y acabamiento de la obra personal. ro temamos las represalias. Aprovechemos, sin embargo, el primer vagar para dar sendas satisfacciones. Quienes nos conozcan y de veras nos aprecien, nos perdonarán, en gracia del motivo; lo30 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.