ora por la atmósfera política que siem.
pre ha respirado, en que la costumbre da apariencias de bondad a lo que es intrinsecamente malo; o, finalmente, porque en el ejercicio de la autoridad tiene que valerse de intermediarios más eficaces y menos escrupulosos.
De aquella casta de elección podemos saltar a la tercera, a la que se ha convenido en llamar pueblo; fórmanla los peones, jornaleros y artesanos, que pueden instruirse muy poco, o son del todo analfabetos. Esta clase sirve a la soberanía, por pasiva: nutre las masas ignaras de los cultos políticos, se ano.
tina en montón, guerrea y vota montón y forma la mayoría de los partidos, esa mayoría de que tanto se ufa.
nan los conductores.
Esta clase es naturalmente sincera, dócil y de una probidad nativa. Si se ha de obedecer a una justicia abstracta y a la carencia de luces, es a ella a la que debe atender primero la ense.
ñanza oficial. Pero si se trata de edu.
car, de moralizar, ni es ella la más necesitada ni la que ejerce una influencia más directa en la vida nacional.
Por lo que hace al ejercicio de la en 12 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.