pretendida necesidad de creer no es sino lasitud de la ciencia y asco del esfuerzo. Se suple el anhelo de buscar con la inquietud: eso dice él es más distinguido. Compara esas almas va.
cías que se inclinan sobre almas igual.
mente vacías, con «espejos sin objeto que se reflejan el uno en el otro. Lo desconocido es para él «una casa cerrada en una calleja sombría» y un, misterio de melodrama. Cree en la posibilidad de un conocimiento cumpleto; admite que el mundo es plenamente in.
teligible, lo que no le impediría con.
servar la poesía, porque. Dios mismo se admira de ser y hay en el fondo de cada cosa una admiración divina. Sus poetas favoritos son Dante y Víc.
tor Hugo, porque ellos tienen a la vez el temblor del misterio y el deslumbramiento de la claridad.
No vacila en separarse de Kant y de Bergson. No consiente en que el espa.
cio sea sólo una categoría de nuestra sensibilidad: para él el espacio es una realidad objetiva. Combate vigorosamente a Bergson en su filosofía de la calidad. Para Jaurés existen canti.
dad y homogeneidad en las impresio2 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.