de los Estados Unidos, por obra del idea.
lista y desinteresado presidente Wilson.
Los yanquis arriban en son casi amistoso y pretextando un tratado.
Abre el país incauto y generoso todas sus puertas al viejo amigo Sam, con quien no ha roto. Es el amigo, el protector; viene con palabras dulces: que venga. El viejo amigo Sam se apodera en un abrir y cerrar los ojos de cuar: teles, parques, tesorerías, puertos, pun.
tos estratégicos. Echa nubes de soldados sobre la minúscula y asombrada república. Desarma al país; hasta los cuchillos de mesa desaparecen de las casas. Empieza la más injustificada crucifixión de un pueblo: partidas inermes de patriotas se lanzan a los campos a combatir al invasor; se les llama bandidos, y como bandidos mueren, cazados, descuartizados, carbonizados, colgados de los árboles. Las poblacio.
nes, en plena tranquilidad, son saqueadas; las mujeres, violadas; los niños, destripados. los hombres ingurgitan por medio de aparatos cubos y cubos de agua hasta que revientan. otros se les azota. otros se perforan las entrañas con hierros candentes.
se les 516 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica