Pero no se trata de la ignorancia de un magistrado yanqui, ni siquiera de su perfidia. Si fuera otro el presi.
dente yanqui, otro nombre, y no el de Wilson, no habría que mencionarlo. Se trata de la inescrupulosidad de los Estados Unidos en sus relaciones internacionales, de su feroz imperialismo, de su amenazadora América. Hoy se tragan una islita inerme, un istmo realengo; mañana. a quién masticarán las feroces mandíbulas de estos idea.
listas luteranos?
Todo es digno de admirar en este cuento de hadas, en que un dragón devora a una frágil doncellita, morena y desobediente a la voz de la más elemental prudencia. Todo. Los invasores, que, prevalidos del silencio uni.
versal que circundaba a cuanto no fuera la gran guerra de 1914 a 1918, se echan sobre un desvalido país; el pretexto de que se valen estos salteadores de pueblos: atú no puedes pagar a tus empleados nacionales porque yo manejo tu dinero? Pues te castigo con la pérdida de tu soberanía. la inocente estratagema, en el país de los economistas, de confundir una deuda 512 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica