cesidades de tu administracción, para.
tu fomento, para lo que quieras.
La republiquita aceptó, y hasta aceptó agradecida, en medio de discursos, fuegos artificiales y varias botellas de champaña, que descorcharon y ofrecieron, generosos, los Estados Unidos.
Esto ocurría en 1907, cinco años después del famoso golpe de Panamá, realizado de mano maestra por el simpático Roosevelt, de ruidosa memoria.
Esto es lo que se llama la Convención Dominicoyanqui.
YO ME COGÍ AQUEL PUEBLO, TU TE COGISTE AQUEL PUEBLO, NOSOTROS NOS COGIMOS AQUELLOS PUEBLOS.
Todo iba a pedir de boca: los yanquis, cobrando, pagándose y arrojando los huesos a roer al Gobierno de la republiquita isleña. Pero como el apetito viene comiendo y los yanquis tienen los dientes largos y las tragaderas en excelentes condiciones, los sueldos que asignaron a la innumerable caterva yanqui de receptores presupuestivoros mermaban cada vez más las piltrafas adheridas a los huesos dominicanos. El Gobierno, mediatizado, tuvo 509 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.