rante la última guerra. La ayuda que prestaron las escuelas sosteniendo desde sus planteles la segunda línea de defensa ha sido admirable y merece ser reconocida amplia y generosamente.
Pero cuando las grandes industrias, que representan el capital, esperan que los maestros se hagan representantes de la conciencia de clase e inculquen a los niños la inviolabilidad de los negocios y del capital, fundan gratas expectativas sobre base muy incierta. Sus informes acerca del personal de la fuerza docente son equivocados. Ignoran cuán joven, cuán inexperimentada, es la gran masa de los maestros. Los jóvenes no se inclinan a mirar como inviolable el orden actual de las cosas. Sus simpatías se dirigen naturalmente al cambio, a un programa de evolución. si los maestros simpatizaran con alguna de las clases antagónicas, sería lógicamente con aquella que significara innovación y no con la que considera satisfactorio el actual estado de cosas.
El magisterio se recluta principalmente entre la clase pobre, y con harta frecuencia entre familias extranjeras que aún no se han asimilado por com479 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.