la tiene y en los lindes del misterio conspira. Qué tienes. Ah! padezco. padezco tánto. Loco.
Semidiós de opereta, que en tu filosofia presuntuosa y estéril, aun siendo tú tan poco, poco el universal ritmo te parecia. Quién eres tú? Fugaz modalidad del todo que dentro de ese todo inmutable resbala: das verso y armonia, como da hedor el lodo, como el sol vierte luz, como el sándalo exala aroma. Cálla, abuelo, y escuchalo! Es su acento el que viene en la ráfaga cálida y taciturna del viento. Pobre hijo. Ese rumor del viento que te habla en el enigma de la hora nocturna; ega voz que adivinas. es la voz del instinto que te grita con sílabas inefables. Procréa. No cs instinto, es ensueño. Dále un nombre distinto. qué importa el nombre mientras una la esencia sea. Abuelo: no es instinto y si es ensueño: el alma siento, como una lámpara en mi sér encendida. Ah, si tú comprendieses! Mi ensueño pide calma, una calina en que apenas se oiga latir la vida; una calma inaudita. la amada, y las manos unidas; y los labios silenciosos; y el fuego del ideal en los ojos, como entre los lejanos glaciares de una cumbre el crepúsculo. luego?
DMITRI IvaxOVITCH 428 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.