y el mar, mistico y blanco debajo de la luna.
Pero ¿qué relación ignorada y tranquila encuentra tu experiencia entre el paisaje claro y la sed que mi enfermo corazón aniquila. Hijo: mira al espacio, que en el espacio amparo encontrará tu angustia. No ves cómo la lumbre de la luna, piadosa, sobre la mar se tiende. No ves. Abuelo: veo y me da pesadumbre. la vieja pesadumbre que nadie me comprende!
Dolor del alma huérfana que se siente tau sola y busca un alma.
Un alma! Pobre hijo. Tu empeño lo tuve yo también: es como si la ola soñase con llegar al horizonte; sueño de nuestros veinte años cuando la sangre. Abuelo: también buscaste tú la mujer ignorada. La buscaba, hijo mio. la buscaba. tu anhelo qué te dejó. Tristeza. tristeza. luego?
Pero: mira la noche; mira y óye, hijo mio, óye: la voz recóndita de la vida acostumbra hablarnos desde el fondo misterioso y vacío del paisaje. La siento flotar en la penunbra de esta noche. La siento cuando trémulo insisto en dormir en mig noches ardorosas. Ah. pero no es la voz de la vida sino la que he previsto.
Abuelo, oigo una voz ipero de la que espero. sabes quién te finge esa voz. Quién. La vida. La vida está en los labios incógnitos que adoro. Pobre hijo. No sabes que una fuerza escondida pone ainor en la carne como en las minas oro equilibrio en las aguas. No sabes que el planeta por esa fuerza oculta hace siglos que gira. esa fuerza. cuál es. Un misterio sujeta.
427 Nada.
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