tre la enfermedad y la salud existe la convalecencia, y aprenden a su costa que ésta no es menos difícil de ven.
cer que la enfermedad.
Ahora es cuando podemos apreciar toda la extensión de los destrozos causados por esta horrible enfermedad que se llama guerra. Destrozos físicos, destrozos morales!
Los destrozos físicos son fáciles de apreciar. Contad las cruces de madera en los cementerios, las gentes de luto en las calles. Paseaos desde Dunquerque a Belfort. Contad los pueblos desapa.
recidos, los bosques talados, las fábricas incendiadas, los campos devastados en Bélgica, en Polonia, en Servia. Contad también los miles de millones que se inscriben en los presupuestos!
Pero cuando hayáis contado todo eso no os percataréis todavía de toda la enormidad de las destrucciones causadas por la voluntad de guerra del pueblo alemán, ni la inmensidad del abismo donde ha arrojado en revuelta confusión a hombres y bienes; porque hay cifras que la imaginación no pue.
de contemplar frente a frente, y que 395 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.