todos los filósofos cuyas obras sobreviven. y probablemente también por sus antecesores, hasta los tiempos prehistóricos.
De una manera general sabíamos que esto era así, pero su explicación clara es una novedad científica.
Por experimentos fisiológicos con animales y hombres sabemos por qué la serenidad mental influye en la nu.
trición y en la circulación; por qué y como el placer afecta el sistema nervioso; como una vida de amor conduce a la longevidad, y por qué la felicidad tiene un valor económico.
Estas cosas son así porque las emo.
ciones tienen una base física, porque su infiuencia afecta el sistema nervioso autonómico o vegetativo, sistema que gobierna la respiración, la digestión, el metabolismo y en generallas funciones automáticas. La acción de las emociones sobre este sistema tiende también a contraer o relajar las fibras muscula res que regulan el diámetro de los va.
sos de la sangre, y, en consecuencia, hace variar la cantidad de ésta que circula por ellos, de la cual depende la nutrición de los tejidos.
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