vista de suntuosos cortejos en que todas las glorias de la tierra triunfaban esplendentes. De Babilonia, de Asiria, de Grecia y de Roma, grandezas, victorias y lujurias, Belkis y Semiramis, Aspasia y Cleopatra y Mesalina, y Asuero y Sa.
lomón y los Césares monstruosos, y des.
pués Atila y Alarico vengadores, y después los pontífices soberanos de almas, y después los Médicis, señores del Arte.
Era todo el poder de la tierra divinizado en fuerza de excelcitud, eran todos los pecados, amables como virtudes a fuerza de ser embellecidos.
El santo cenobita imploró una tre gua de su infernal enemigo; era enloquecer, era morir la continua lucha contra la tentación. Satanás tuvo una crueldad piadosa: pactemos. No volveré a combatir tu espíritu con tentaciones si consientes en un solo pecado, uno solo; toda tu vida después para llorarle arrepentido; si tu fe en la mi.
sericordia de Dios es tan grande, no desconfiarás de ser perdonado por toda una vida de penitencia libre de tenta.
ciones. Creyó el santo que era una nueva tentación el pacto y, antes que 381 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.