un mejor porvenir, hacia una más amplia expansión de. la razón, hacia una moral más elevada y más gene.
ral, hacia un perfeccionamiento del individuo y de la sociedad. Es verdad que los primeros apóstoles de esta nueva fe optimista se detenían sobre todo en el aspecto intelectual de la vida. Lo que alentaba su esperanza y les inspiraba consoladora confianza en un adelanto sin límites era el refinamiento visible de los espíritus de las gentes cultas. Ulrico de Hutten podía exclamar con entusiasmo. Las ciencias florecen, es una dicha vivir! El número de los eruditos iba aumentando, se leía, se escribía cada vez más libros ¿qué mejor prueba del mejoramiento del hombre? Juan Bodin, meingenuamente libresco que contemporáneo alemán, sabía mirar más allá de la literatura. Comprobaba el ensanchamiento del horizonte humano por el descubrimiento de América; el nacimiento del poder del hombre por la imprenta, la pólvora y la brújula. Pero si los mejores espíritus estaban de acuerdo para recono.
cer esos progresos de los conocimientos nos su 376 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.