Jefe Herrera, fueron enviados partidarios suyos a respirar los miasmas mortíferos de las bóvedas de Omoa. según.
las propias palabras del justiciero historiador Marure; y en el año de 1921, a un siglo de distancia, el ilustre doctor Medal, don Fausto Dávila, den Francisco López Padilla y una docena de compañeros de infortunio más, respiran los mismos mortíferos miasmas de las bóvedas de Omoa. Antier nos lo decía un periódico; y al día siguiente otro nos anunciaba, publicando jubilosos te.
legramas de Honduras, que el Congreso había ratificado, por aclamación, el pacto de San José de Costa Rica. Grande lástima que también por aclamación no hubiera el Congreso puesto fin a las torturas que sufren aquellos presos po.
líticos, y no hubiera abierto de par en par las puertas de aquellas mazmorras de Omoa! Mal acompañamiento para los vítores por la unión, el de las cadenas de los encalabozados políticos.
Los que dan trato inhumano a sus her.
manos, no serán más compasivos con sus primos. Tengámoslo presente.
Volvamos los ojos a cosa más placentera; pensemos en el Maestro Gu367 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica