por igual, espero que no me negaréis vuestra disculpa indulgente por haberla evocado en este sitio y momento, que parecen sólo destinados para expansiones y sonrisas.
Jóvenes que me escucháis: no sólo merecéis mis agradecimientos por vues.
tra simpática iniciativa, sino mis feli.
citaciones sinceras: os habéis honrado, hoorando el trabajo en la persona de este viejo trabajador. Gozad de la fuerza y alegre lozanía de vuestia edad, sin desdeñar a los que rendidos por los años se van inclinando hacia el reposo. Como decía la antigua canción espartana: Lo que sois, lo hemos sido; lo que somos, lo seréis. Pero prefiero invocar en vuestro obsequio la palabra del Decálogo que promete larga existencia a los que respetan a sus mayores. Deseo, pues, que muchos de vosotros, allá por los años de 1960, podáis, a la edad que tengo, brindar, como lo hago ahora por vosotros, por vuestros sucesores, testigos de tiempos más bonancibles y legatarios de una herencia no tan comprometida y azarosa como la que recibís.
Levanto la copa por todos los pre.
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