MarxSocialismSyndicalism

ase.
dad entera se encuentra en plena cri.
sis de revuelta. La nave del Estado, en cualquier nación del orbe, se meja a esa urca fantástica descrita en El hombre que rie por Víctor Hugo, la que vuela arrebatada en las tinieblas, y apenas escapa del escollo para correr el temporal, desarbolada y sin gobierno. Dado que el alto ejemplo de Francia sea contagioso para preservarnos del delirio maximista. quedará en frente de nosotros, resuelto y fuerte, el socialismo, con su programa de exi.
gencias, en parte legítimas. Conjuradas las revoluciones sociales, cuyo parto sería el desorden caótico si no la ruina completa o parcial de esta civilización milenaria, se imponen como imprescindibles y urgentes las reformas profundas que restauren en su normalidad el cuerpo nacional, eliminando o renovando sus órganos caducos. Sea o no científico el socialismo de Marx y sus secuaces; contengan o no alguna posibilidad de realización futura el sindicalismo revolucionario y el colectivismo anárquico, la verdad indiscu.
tible, harto evidente y palpable, es que el piesente desquicio universal, 353 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.