señor, que entre los raros espíritus que en las letras y el pensamiento de Amé.
rica hemos tenido por tales maestros, en todo tiempo los más allegados a NOSOTROS os hemos puesto a vos. Cómo hubiésemos podido desconocer las altas enseñanzas contenidas en vuestra obra, toda ella encaminada a educar las mentes en el culto de la sinceridad y la verdad, a fijar valores en las letras y en la historia, con imparcialidad viril, a difundir el amor del pensamiento y la expresión limpios y lúcidos, a libertarnos de la tiranía de los fantasmones de la política y las academias? Hé ahí por qué Groussac (permitidme, señor, que así os llame, con la familiaridad a que nos autorizan amigos y maestros) ha sido para nos.
otros en todo tiempo una enseña y una norma.
No nos habríamos atrevido a sa.
caros de vuestro fecundo apartamiento, para traeros a esta fiesta, si al acercaros a la juventud, como ayer lo hicisteis, subiendo a la cátedra de la Facultad de Filosofía y Letras, no nos hubieseis claramente mostrado que de corazón estáis con nosotros. Os confe.
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