cias, que resultan así no ser simple casualidad, ni siquiera telepatía. Empleando, ademas, el mismo método prolijo de verificación, el profe.
sor Coover estudió los supuestos poderes de los médiums o agentes «psíquicos» quienes prosperan en abundancia en la costa del Pacífi.
CO y descubrió que, sometidos a debida prue.
ba, tales poderes son tan nulos como los del hombre ordinario. Aceptar la telepatía, ya en reemplazo de la hipótesis «espiritista» o en apoyo de ésta, es edificar sobre arena.
Sólo cuando examinamos las pruebas que se ofrecen en favor del espiritismo, analizando de cerca los múltiples problemas que presenta, es.
tamos en las condiciones debidas para estimar el valor de los testimonios de sus sostenedores.
y el valor del fenómeno que señalan como coms probación. Si agregamos otra clase de prueba a este sumario. que se reduce a un simple esbozo habremos examinado una de las prue.
bas más notables y significativas con que el espiritismo ha conquistado adeptos reciente.
mente entre personas de inteligencia ilustrada y crítica. Nos referimos a la espontánea apari.
ción de muertos queridos, a las predicciones de muerte y a serios trances, que representan una profunda impresión personal. Esos fenómevos están exentos de la sospecha que inspiran las maniobras del médium; pero, por otra parte, adolecen de vaguedad e incertidumbre al ser relatados. No es posible descartarlos sin disceruimiento, ni puede esperarse, en mucho 295 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.