ción más directa de la creencia es regir la con.
ducta; en asuntos ordinarios, los hombres deben creer lo que consideran la verdad o aceptar el sufrimiento. Pero aun entre esos asuntos hay gran diversidad, y la vida ordinaria la sido regulada con aceptación y beneplácito por todo género de «sistemas» que resultaron luego ser vanos o absurdos para la generación si.
guiente: así lo atestiguan los numerosos sistemas de curación y medicina que, después de seguir su curso, fueron relegados entre los des.
pojos del pensamiento. Con todo, hoy reaparecen en nuevo engaste y dan vida a cultos mo.
dernos, empleando como piedra angular del templo la piedra que rechazaron los arquitectos de la ciencia. La creencia en espíritus no se presenta aislada en sus resurrecciones o reencarnaciones sucesivas. Olas mentales, misticis.
mo oriental, teosofía, curas de fe. demostraciones y mediante una especie de fiat verbal de negación de las enfermedades, quiromancia, astrología y frenologia: todas las creencias pueden Rorecer en el hospitalario suelo moderno; todas presentan fases susceptibles de impresio.
nar a mentes crédulas, todas despliegan formi.
dable aparato de prueba para ganar consideración lógica.
LAS MENTES CRÈDULAS En muchas circunstancias de la vida, la relación entre la teoría y la práctica, entre lo que creemos y lo que hacemos, es tan remota y 283 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica