como eran las de aduana, las del tabaco y otras, dejándonos para nosotros las rentas menores.
Dolía un poco; pero el Gobierno Federal contrató un empréstito y participó a Costa Rica que le correspondían unos setecientos mil dólares, del millón y pico de libras de que constaba el tal empréstito. Aqui se repartió de previo esa suma para obras do progreso, y sucedió que hasta este momento estamos esperando esos dólares. Pero es más. Cuando terminó el Gobierno Federal, llegó inmediata.
mente un Ministro inglés a cobrar la suma que correspondía a Costa Rica hubo que pagarle inmediatamente. pregunte usted ahora a Centro América entera si de ese gobierno quedó una teja en alguna parte, una obra cualquiera que la recuerde. Nada absolutamente.
Ahora está en Costa Rica presentado de nuevo el problema. Tenemos una experiencia muy clara y nos corresponde ser prudentes y esperar. Que se unan las otras cuatro repúblicas si así lo desean, y cuando a nosotros nos parezca, podemos pedir una unión que convenga al progreso y al sentimiento, que no se puede ir de otra manera a reatar los destinos de un país.
No creo que esto de ahora sea muy serio y menos aún que se haga la unión. No la hicimos cuando había patriotismo; menos ahora que lo hemos perdido por completo en Centro América.
De «La Tribuna. 10 de diciembre de 1920.
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