intensidad de su razonamiento. Podría decirse de don Elías que es una profundidad tímida (1. Mi juicio al respecto es viejo. nos dice.
Esos ideales que concibe actualmente el unio.
nismo distan mucho de ser el desideratum. Yo estoy por la cohesión (otro aspecto de la «selección. añadimos nosotros) que determina la mejor inteligencia de los gobernados. Se observa una tendencia general a la disgregación de las grandes potencias. El criterio de la Socie.
dad de las Naciones parece alentar la creación de pequeñas independencias homogéneas y coordinadas que generan a su vez la estabilidad del vecino. Este es uno de los signos de la guerra europea.
Don Elías calla repentinamente mientras su manecita sigue enhebrando elocuencias curiosas en el vacío. Luégo añade. Se dice que la unión hace la fuerza; sí, es cierto, pero la fuerza bruta. Las civilizaciones han alcanzado su punto ideal cuando se han organizado como la Italia del Renacimiento, como la Grecia antigua, es decir, agrupadas para el comercio y por el arte, pero precedidas por sistemas gubernativos propios. Cuando en 1898, estando yo en Turín, se inició un movi.
miento separatista, yo me decía. Ojalá cuaje. porque meditaba sobre el desequilibrio de la (1) Noo! vidar que quien habla con tanta indulgencia es un verdadero poeta: tras una timidez evidente, imaginar puede él una profundidad que no existe.
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