en algo hablamos de disentir, y esto es muy humano, según afirman los filósofos. y la Biblia, donde consta que «Dios entregó el mundo a las disputas de los hombres. Atribuye usted a ligereza juvenil el no gustar de lo clásico y grande en literatura.
Pero yo sé de chicos que han leido regoci.
jados el «Quijote. aun sin entenderlo del todo, y nuestro viejo don Valeriano amigo y señor nuestro dice, no recuerdo dónde, que comenzó a leerlo cuando contaba 14 años de edad, y, sin pasar de sus primeras líneas, salió aprendiendo mucho de historia y geografia, de retórica y otros varios ramos de humanidades.
No atribuyo, piles, a juventud, o niñez, la indicada falta de gusto y comprensión, ni tampoco a defectos de la enseñanza pública.
El daño está, según entiendo, en cierta incultura y descuido de las familias. por cierto que me parece muy curioso que la jovencita del artículo de usted, cite novelas de Blasco Ibáñez y autores franceses, sin nombrar una siquiera de autor inglés. Lo llarnado «sicalíptico» es demasiado frecuente en Ibáñez y demás novelistas, no ingleses ni norteamericanos. Carlos Dickens y otros muchos de ambos mundos brillan por su ausencia en las lecturas de esa señorita, sin «Divina Comedia, ni «Quijote. Tampoco estoy con usted tocante a la Imaginación, aunque la llamen eloca de la casa. Dios nos guarde de casa que no la tenga dentro, hasta cierto punto. Quién podrá prescindir de lo humano, siendo hom247 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.