Leyendo el Diario del Comercio Con motivo de la muerte de don Aquileo Echeverría, queridísimo octogenario, perenDemente jovial y dadiroso.
Recuierdo de Aquileo. también mio para el buen amigo, siempre contento de la suerte y alegre de vivir, aunque viejo y pobre. Lo cual puede pensarse que viene a ser la felicidad presente.
Muchos recuerdos tengo yo del amigo inolvidable y regocijado; pero sólo me fijo ahora en lo que nos pasó el día de este mes en el Cementerio, donde yo tomaba posesión de la única casa que he podido adquirir acá.
Con cuatro habitaciones, una de ellas subterránea en que duerme la más amada de la familia, y modesta pero devotamente arreglada aquel día de los Santos finados: de «los bienaventurados que mueren en el Señor. según reza el «Apocalipsisy.
Se presentó por alli Aquileo, y, como si quisiera mostrarme su aflicción frente a la mía, me condujo adonde yacen los restos de su hijo el genial poeta de. Las Concherías. Aún esperan tan nobles restos el Mausoleo legalmente mandado erigir por esta República. Ojalá ese homenaje pase cuanto antes 245 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.