estudia en su libro de texto y muchas veces en obras de consulta; pero cuando se trata de lectura simplemente, considera que no está oligado a estudiar, y ni siquiera pasa vista por el trozo que se le ha indicado, considerándose con fuerzas suficientes para leer bien a primera vista y comprender el sentido intimo de lo que lee.
Para aprender a leer de nada valen los libros de teoria de la lectura de Faget, Legou ré o nuestro Vedia (el de este último es el más racional y el más adecuado a nuestras modalidades. para a prender a leer hay que oir leer bien, y nuestros maestros no saben leer. El mal viene de lejos, seguramente. Los maestros de hoy no saben leer porque tampoco sabían los de ayer, porque cuando se educaron no tuvieron, como no tienen hoy sus alumnos, ocasión de oir a buenos lectores.
Yo concibo un médico o un ingeniero o, si se quiere, un abogado que no sepa leer.
Pero un maestro que no sepa leer es un obrero que desconoce su más necesaria herramienta de trabajo.
En los establecimientos normales a la teoría y a la práctica de la enseñanza toda la importancia que tienen estos conocimientos, y los alumnos que no demuestran aptitud para adquirirlos son eliminados de la escuela, pues se supone que no podrán ser buenos maestros.
Seria menester que igual criterio rigiera para la lectura, y los estudiantes que en.
se da 238 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica