dera disciplina intelectual, sin imaginación creadora, ignorante, en general, de todo, y, en particular, de su idioma, el literatoide es un elemento negativo, que infecta el diario, la revista y el teatro, y es factor principalísimo en la perversión del gusto público.
Todas estas objeciones y muchas otras son, en verdad, dignas de tenerse en cuenta; pero fácilmente pueden rebatirse, como voy a intentarlo. No se olvide, entre tanto, que si he preconizado la necesidad de acentuar la cultura artistica por medio de la lectura, no es con el fin de formar literatos o artistas, sino con el propósito de integrar la personalidad de los jóvenes, que será incompleta mientras no abran los ojos al único mundo de la belleza y de la realidad, que es el mundo del arte. 1)
La cultura literaria a base de poesía no es incompatible con el fomento de actividades prácticas, ni con el ejercicio de profesiones que exijan conocimientos puramente científicos, ni con la política ni con el comercio ni con la industria. Se puede dominar la mecánica, la ingenieria, la medicina, la agronomía, y al mismo tiempo ser un amante desinteresado del arte; y el que no lo sea, el que no bata y remueva constantemente su espíritu con la magia de la be(1) Es una verdad corriente que hay más belleza en el arte que en la naturaleza. Parecerá aventurada, sin embargo, la Afirmación de que hay más realidad en el arte que en la vida. El arte, dice Bergson. es una visión más directa de la realidad. Véase con qué claridad desenvuelve su autor esta teoria en el capítulo Ill de su obra, Le Rire. Essai sur la signification du comique.
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