velas picarezcas. antes que parara en héroe de epopeya; una familia así se consideraria deshonrada si uno de los suyos, siguiendo el ritmo de la vida moderna, se dedicara a la mecánica, sistiera la blusa azul del taller, se mezclara al fragor de la fábrica, aunque todo eso importara la seguridad de un porvenir; y satisfaria aspiraciones inmediatns si aquél consiguiera un bien rentado puesto burocrático, o diera en la iglesia, o cayera en el periodismo provinciano tan distante de ser cátedra y llegara a colaborador de revistas, y su firma se viera con frecuencia al pie de acrósticos encareciendo la gracia de las beldades lugareñas.
Uno de los problemas de la educación, en nuestro país, consiste en buscar los nuedios de abatir todas esas preocupaciones sociales que tanta influencia malsana ejercen en la vida argentina; y no es fomentando la afición a la poesía que hemos de resolverlo. Antes bien (continúa la objeción que supongo. encaucemos hacia opuestas direcciones la actividad de la juventud. No necesitamos rimadores, sino forjadores; no quienes puedan gustar la belleza de un canto lírico, sino quienes sepan apreciar la bondad de una herramienta; y como quiera que cada día es más urgente la necesidad de formar generaciones de bombres fuertes y robustos, concitemos a los jóvenes que empleen las horas que les dejen libres el trabajo y el estudio, no en la estática contemplación del arte, sino en los viriles ejercicios de la palestra. En una palabra: des.
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