siones hechas a cortesanos, alcahuetes, aduladores y traidores contra sus propias libertades y las de los otros pueblos; paga el costo de pisotear al pueblo irlandés y de infligirle heridas que aún se enconan; paga las enormes sumas gastadas en el esfuerzo por mantener en el continente europeo la blasfemia del derecho divino; paga los desembolsos hechos para llevar la rapiña a pueblos inofensivos de las cuatro partes del globo. Sin la facultad de los gobernantes para contraer deudas públicas, no hubieran podido costearse nunca los nueve décimos de las guerras que la cristiandad ha sostenido durante los dos últimos siglos.
HENRY GEORGE 1889. Los niños decía San Agustín son inocentes de cuerpo, gracias a su debi.
lidad; no lo son siempre de alma. He visto y observado un niño enfermo de celos; no hablaba todavía, lanzaba mira.
das furiosas sobre el otro niño que veía alimentarse en el pecho de su madre. Quién no ha visto escenas semejantes. 217 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.