relación a sus propios intereses independientes y a sus derechos incontes.
tables. No se suponía que el público general tuviera opinión alguna, como tampoco se suponía que tuviera intere ses ni derechos algunos. Naturalmente, al cabo es público quien paga la cuenta, provenga de dondequiera; pero más allá de esto no se le concedía participación eficaz alguna en los procedimientos; y, hasta los últimos tiempos, tampoco el público la deman.
daba.
Sin embargo, un cambio manifiesto se ha presentado recientemente en la actitud mental de la masa general del público a este respecto. Da indicios inequívocos de descontento ante el papel pasivo que se le ha adjudicado.
Comienza a reflexionar sobre algunas de sus propias costas, pérdidas y sufri.
mientos cuando el trabajo y el capital están empeñados en una guerra industrial, y sobre las molestias e inconveniencias a que se le sujeta cuando la cuenta le es presentada y necesita pagarla. Gradualmente se da cuenta de que tiene también intereses y dere chos inabrogables que debe afirmar y 195 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.