la medida de la afinidad. El cultivo de un sentimiento extendido a regiones que no son afines es una función política; se forma de esa manera un patriotismo artificial, que es la representación colectiva de intereses comunes a todos los miembros de un Estado. Muy pocos hombres superiores son capaces de sentirlo hondamente, aunque todos los políticos de profesión suelen simularlo con fines egoístas. Suele, en fin, ser representado por símbolos convencionales que procuran unir artificialmente a personas que no tienen sentimientos naturales comunes, como ocurre en las regiones o ciudades que cambian de nacionalidad por violencia de conquista o por maquinación de diplomacia.
Más alto que esas elaboraciones políticas artificiales, pujante y profundo como un instinto, imperativo, intrans.
mutable, sobrevive en todos los hombres el amor al terruño, que es la única y siempreviva patria del corazón.
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