evidencia, o si se quiere, entrando en actividad el testículo se desvía la polaridad, o la corriente de la nutrición de aquel sistema, de tal suerte que la elección de productos verificada por la glándula determina un déficit en los elementos nerviosos, condenados entonces a agotar sus reservas, sin que logren reponerlas por completo. Esto, que ocurre siempre que hay exceso de función en estos órganos, con mucho mayor motivo se nota en el caso de funcionalismo prematuro. Desnaturalizada entonces la secreción externa, impedida su reabsorción por la emisión frecuente, desnaturalizada asimismo la otra secreción, o sea el producto interno, por imperfección del órgano productor, no pueden llegar a la sangre aquellos principios inmediatos destinados a la vigorización de la substancia nerviosa, como encargados que están del restablecimiento del equilibrio orgánico y químico de las neuronas. 1) BLANC, La Moderación de la libidine, segunda edición, página 29.
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