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ule asi Por efecto de esta tan rápida comunicación a que aludo, ocurre que ciertos estímulos psíquicos y por lo mismo cerebrales, porque no puede en esta vida obrar el alma sin el intermedio del cerebro, repercuten a veces inmediatamente, otras poco a poco y al cabo de algún tiempo, sobre los órganos que sirven para la distinción del sexo. Así se comprende que las lecturas, las conversaciones, los espectáculos, los ejemplos inmorales, que si bien entran por los ojos o los oídus van derecho al alma, puedan por medio del cerebro y de los cen.
tros nerviosos a él subordinados intluir en el rápido y prematuro despertar de aquellas concupiscencias que parecen radicar en órganos menos nobles. También aquí podríamos continuar el símil del gusano que carcome la manzana y al mismo tiempo acelera la maduración, pero en este caso la carcoma comienza por el alma, es la carcoma moral; o tal vez la carcoma es mental y de ella lo primero que se resiente es el cerebro y el fruto es tan averiado o más que comenzando por el polo opuesto.
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